“No hay nada especial en escribir. Todo lo que haces es sentarte ante la máquina de escribir y sangrar”.
-Ernest Hemingway
Escribir no es poca cosa, es un acto deliberado de dar a conocer parte de ti, ya sea de manera consciente o inconsciente. Si quieres conocer qué es lo que hay dentro de la cabeza de alguien, no debes hacer mas que leer algo que haya escrito.
En dos meses cumpliré ocho años de tener algún blog, ocho años de activamente sentarme ante una máquina y sangrar quien soy. Si eso no es masoquismo, no sé que lo sea.
Pero creo que no es un acto del todo malo.
A veces me pregunto qué fue lo que me llevó a escribir y me doy cuenta que es un proceso en el que si bien los demás ven parte de ti, también te permite verte mejor y descubrir cosas que quizá no te parecían tan evidentes.
Además, más allá de un simple exhibicionismo, como muchos lo consideran en la era de los medios sociales, muchas veces es un genuino interés por compartir un poco de tu particular visión del mundo con la esperanza de encontrar similitudes con alguien y no sentirte solo.
Lo que quiero decir es que quizá es momento de escribir de nuevo.